Manifiesto en defensa de la Industria Turística Canaria.
MANIFIESTO
EN DEFENSA DE LA INDUSTRIA TURÍSTICA CANARIA
El papel vital de la actividad turística en las Islas Canarias
El turismo es, sin duda, el pilar fundamental de la economía canaria. Su influencia abarca prácticamente todos los ámbitos de la vida en las islas, desde la economía hasta la cultura y el desarrollo social.
La historia de Canarias es un testimonio de transformación y resiliencia, en la que el turismo ha jugado un papel fundamental en nuestro desarrollo. Durante décadas, nuestra región experimentó un éxodo masivo de habitantes que se vieron obligados a emigrar en busca de mejores oportunidades económicas. Sin embargo, el advenimiento del turismo en los años 60 del siglo pasado marcó un punto de inflexión crucial. Este “gran milagro”, como muchos lo llaman, no sólo revitalizó nuestra economía, sino que también invirtió completamente los patrones migratorios. Hoy, Canarias se ha convertido en un destino codiciado, atrayendo no solo a millones de turistas cada año, sino también a un flujo constante de migrantes que ven en nuestras islas la promesa de prosperidad que una vez buscamos los canarios en tierras lejanas.
Esta transformación resalta la importancia del turismo como motor de crecimiento y desarrollo social. Gracias a esta industria, hemos logrado construir una sociedad modelo ejemplar de bienestar y progreso. El florecimiento de la industria turística ha impulsado nuestra economía, convirtiéndonos en un faro de oportunidades y crecimiento.
En términos económicos, la actividad en torno al turismo genera aproximadamente el 35% del PIB de Canarias. Esto se traduce en unos 20.000 millones de euros anuales, una cifra que supera con creces la contribución de cualquier otro sector. La actividad turística no solo crea empleos directos en hoteles y restaurantes, sino que también impulsa una amplia gama de sectores relacionados, desde el transporte —aéreo, terrestre y marítimo— y los servicios ofrecidos por profesionales y empresas de actividades turísticas, hasta la cultura y el ocio, sector primario, centros de formación y empleo o logística y distribución, entre otros.
El efecto multiplicador del turismo en la economía canaria es notable. Una de cada cuatro empresas en las islas está relacionada con la actividad turística, formando parte de una red interdependiente que sostiene a miles de familias canarias.
La importancia de la actividad turística como fuente de empleo es crucial en una región que históricamente ha luchado contra altas tasas de desempleo. El sector es responsable directo del 40% de todos los puestos de trabajo generados en Canarias, ofreciendo oportunidades laborales a una amplia gama de perfiles profesionales en muchos sectores diferentes. Según los datos más recientes, la tasa de paro en Canarias se situaba en el 14,4% en el tercer trimestre de 2024, registrando así una de las cifras de paro más bajas en Canarias desde el año 2008.
Aun así, el sector turístico enfrenta dificultades crecientes para cubrir puestos de trabajo, lo que sugiere que una parte significativa de los desempleados no está interesada en trabajar en este ámbito. Por otro lado, estamos presenciando cambios en los patrones de empleo que no siempre se reflejan en las estadísticas oficiales. Cada vez más personas optan por trabajar de forma digital y online, a menudo sin contratos formales, mientras que otras generan ingresos a través de la economía colaborativa, como la explotación de viviendas de alquiler vacacional, sin darse de alta como autónomos. Estas tendencias, aunque difíciles de cuantificar, contribuyen al aumento de la economía sumergida en las islas. Este fenómeno, agravado por el intrusismo laboral, genera competencia desleal, riesgos para la seguridad de los turistas, impacto en la calidad del servicio y pérdida de ingresos para la economía local.
Además de su impacto directo en la economía y el empleo, los sectores que están relacionados con el turismo realizan una aportación considerable a las arcas públicas a través de sus contribuciones fiscales. Se estima que la actividad turística de Canarias aporta más de 3.441 millones de euros en impuestos, una cantidad que supera el presupuesto canario dedicado a áreas clave como educación, industria y energía, y acceso a la vivienda, generando por tanto una situación que debería favorecer una reinversión en materia de infraestructuras y servicios públicos a nivel general.
Además, la actividad turística ha fomentado la preservación y promoción de la cultura y el patrimonio canario, contribuyendo a la conservación de tradiciones y sitios históricos.
Un contexto de múltiples desafíos
Sabemos que el aumento de la actividad turística en las Islas Canarias ha generado diversas preocupaciones en el ámbito medioambiental, urbanístico y socioeconómico.
En el plano medioambiental, el incremento de la actividad turística ha coincidido con un crecimiento demográfico sin precedentes y una crisis de escasez de recursos naturales, incluyendo el agua y la energía, así como la generación de residuos, lo cual ha generado un riesgo para la biodiversidad local. Las islas son particularmente vulnerables al cambio climático, con amenazas como la subida del nivel del mar, la pérdida de biodiversidad, la escasez de agua y el aumento de fenómenos climáticos extremos.
Esto se suma a otros problemas estructurales, como la falta de inversión en infraestructuras y servicios públicos, una tasa de desempleo entre las más altas de España, especialmente entre los jóvenes, o problemas graves de acceso a la vivienda. Factores, todos ellos, que han llevado a una pérdida de calidad de vida generalizada entre los canarios.
En Santa Cruz de Tenerife, en concreto, se ha vuelto cada vez más complicado acceder a la vivienda debido al aumento significativo en los precios de compra y alquiler. La escasez de viviendas asequibles, combinada con una oferta limitada de vivienda pública, ha dejado a muchos residentes, especialmente jóvenes y familias con ingresos bajos y medios, en una situación vulnerable.
Además, la provincia se enfrenta a problemas como el envejecimiento de la población o la creciente desigualdad.
Los sectores involucrados en la actividad turística no somos ajenos a esta realidad y, de hecho, compartimos muchas de estas preocupaciones.
Sin embargo, en los últimos tiempos se ha señalado a la actividad turística como principal y única responsable de esta situación, adoptando una visión reduccionista ante un problema complejo en el que intervienen múltiples factores, pues toda la actividad en torno al turismo depende y se impulsa desde una gran amplitud de actores, incluyendo gobiernos locales y regionales, empresas de diversos tamaños y sectores, y la propia comunidad local. Esta visión simplista ha desviado la atención de otros factores estructurales igualmente importantes, como la falta de diversificación económica, la gestión ineficiente de los recursos públicos o las deficiencias en la planificación urbana ante una población cada vez más numerosa.
Es fundamental entender que el sector turístico y la diversificación económica no son elementos opuestos o enfrentados, sino partes complementarias de una estrategia integral que busca el beneficio de toda la comunidad. De hecho, el propio sector turístico está cada vez más comprometido en fomentar esta diversificación, apostando por la innovación, la tecnología, las energías renovables y otros sectores sostenibles. Esta aproximación holística reconoce la importancia del turismo mientras impulsa activamente el desarrollo de nuevas oportunidades económicas, creando así un ecosistema más resiliente y equilibrado que puede adaptarse mejor a los desafíos futuros y proporcionar beneficios sostenibles a largo plazo para las generaciones venideras.
Canarias es reconocida internacionalmente por su excelencia turística y como uno de los mejores destinos del mundo. Como no puede ser de otra manera, respetamos plenamente el derecho de los ciudadanos a expresar sus opiniones, preocupaciones y reivindicaciones a través de manifestaciones pacíficas, pero rechazamos categóricamente aquellas acciones dirigidas a menoscabar la imagen turística de las islas o a intimidar a los visitantes. Existen vías legítimas y constructivas para expresar inquietudes sin recurrir a tácticas que molesten a quienes, con esfuerzo e ilusión, invierten sus ahorros para vivir una breve experiencia en nuestra maravillosa tierra. Estas actitudes no solo ponen en riesgo miles de puestos de trabajo, sino que también proyectan una imagen negativa que no refleja en absoluto el carácter acogedor y hospitalario de la sociedad canaria.
El debate sobre la necesidad de “cambiar el modelo turístico” en las Islas Canarias se ha convertido en un mantra recurrente y a la vez carente de contenido. Se evidencia una notable falta de concreción sobre qué debería ser exactamente este nuevo modelo, cuando los expertos del sector y los que vivimos de él consideramos que debería potenciarse y mejorarse. Los críticos del turismo actual rara vez ofrecen alternativas que puedan mantener los niveles de empleo y bienestar económico que el sector ha proporcionado históricamente. Esta ambigüedad en las propuestas de cambio no solo dificulta el avance hacia soluciones efectivas, sino que también corre el riesgo de desaprovechar las oportunidades de mejora y sostenibilidad que podrían implementarse con los beneficios que aporta el turismo en la actualidad. Lo mismo ocurre cuando se habla de diversificar la economía. Esta diversificación es bienvenida, pero crear nuevas actividades económicas o hacer crecer las actuales, no implica tener que restar de las que ya funcionan.
Es evidente que toda actividad económica, por beneficiosa que sea, conlleva algún tipo de externalidad negativa. Esto no significa que dichas actividades sean inherentemente perjudiciales o deban ser eliminadas, sino que es necesario abordar y gestionar sus efectos secundarios de manera responsable. En el contexto de Canarias, en el que las alternativas en la actualidad son escasas, el turismo se presenta como una fuente vital de ingresos y desarrollo. La clave está en implementar estrategias de turismo sostenible que mitiguen los impactos negativos y sigan contribuyendo al bienestar económico de las islas.
En esta línea, es importante reconocer que los sectores relacionados con el turismo en Canarias estamos implementando cambios reales hacia un turismo más sostenible y nos comprometemos a que así sea. Para ello, desde las distintas posibilidades de cada actor, impulsamos acciones concretas, con resultados palpables, hacia estos objetivos. Estos esfuerzos reflejan una conciencia creciente de que el futuro del turismo en las islas depende de su capacidad para garantizar el bienestar de la población y la preservación del medioambiente.
NUESTRA DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
1.- El alcance de la actividad turística en la sociedad y economía canaria.
El turismo en Canarias no es solo una cuestión de alojamientos o playas. Se trata de un ecosistema en el que múltiples sectores intervienen de forma directa e indirecta, creando un tejido económico y social interconectado. Hostelería, transporte, comercio, restauración, cultura, ocio, construcción, agricultura y producción local, tecnología, servicios sanitarios, seguros y otros servicios esenciales son parte de este engranaje.
El desarrollo de nuestra región depende del esfuerzo conjunto y coordinado de estos actores, a los que debemos reconocer y proteger.
Por ello, cualquier propuesta de cambio sobre el modelo turístico debe contemplar el impacto que tiene en estos sectores y su capacidad para generar empleo, bienestar y crecimiento.
2.- El turismo será sostenible o no será.
Los sectores relacionados con el turismo somos plenamente conscientes de que el futuro pasa por un turismo racional, sostenible y regenerativo en el que el impacto ambiental y el consumo limitado de recursos sean piedras angulares del camino a recorrer en los próximos años.
Parte del éxito de que Canarias sea referencia a nivel internacional en materia turística es contar con un entorno envidiable en el que el patrimonio cultural y natural son inigualables. Conservar este entorno y garantizar que las próximas generaciones puedan disfrutar del paraje natural y costero de las islas debe ser un reto común en el que el sector turístico es parte fundamental.
Es necesario apostar, y los sectores asociados al turismo ya estamos llevando a cabo numerosas iniciativas al efecto, por un turismo sostenible que proteja los recursos naturales de las islas, trabaje para garantizar la conservación del entorno natural y promueva acciones para la recuperación de aquellos elementos que se han visto afectados por el cambio climático y el crecimiento demográfico.
En este sentido, coincidimos en la importancia de emplear los impuestos generados por la actividad turística para garantizar la conservación de nuestros espacios naturales, mejorar la oferta de servicios de valor añadido y fomentar la creación de empleo verde.
3.- La importancia del debate y la colaboración conjunta
La importancia del futuro del turismo debe venir acompañada de un debate profundo en el que estén representadas todas las partes implicadas y de cuya reflexión conjunta surja un conjunto de propuestas avaladas por el máximo consenso posible.
El turismo, como motor económico de las Islas Canarias y también del conjunto del territorio nacional, abarca desde múltiples áreas económicas hasta diferentes niveles de la Administración, por lo que el análisis de los retos a los que se enfrenta debe contar, necesariamente, con todos. Este debate también debe integrar de forma activa a las generaciones más jóvenes de canarios, quienes no solo serán los principales beneficiarios o afectados por las decisiones actuales, sino que también tienen un papel crucial como agentes de cambio y futuros guardianes de nuestro modelo económico y social.
Creemos que abordar los desafíos del turismo en Canarias requieren un enfoque colaborativo y multifacético, de un diálogo abierto y transparente que aúne las voces y el posicionamiento de todos los sectores y agentes que están involucrados en la actividad turística para poder llegar a soluciones conjuntas que de verdad atajen la problemática desde el fondo y atendiendo a todas sus vertientes.
En este sentido, las instituciones académicas pueden jugar un papel crucial en este debate, aportando datos rigurosos y estudios sobre el impacto del turismo, su sostenibilidad y su evolución en el contexto global como base esencial para valorar cualquier propuesta de cambio sobre el modelo turístico. Además, estas instituciones deben moderar el debate desde su posición neutral, garantizando un análisis objetivo y fundamentado que permita una discusión informada sobre las diferentes perspectivas y propuestas relacionadas con el desarrollo del sector turístico.
4.- Énfasis en el diálogo público-privado.
En el marco de este esfuerzo conjunto, consideramos que es especialmente importante establecer una colaboración estrecha y continua entre el sector privado y las administraciones públicas. Las empresas y los profesionales que participamos en la actividad turística poseemos un profundo conocimiento sobre esta y creemos que podemos aportar una información muy valiosa y relevante a la hora de valorar propuestas de cambio sobre el modelo turístico.
Aspiramos a que las administraciones públicas cuenten activamente con todos los actores que participamos en la actividad turística, desde grandes cadenas hoteleras hasta pequeños comercios, productores y agricultores locales, empresas de transporte y profesionales de actividades turísticas, entre otros. Estos sectores no solo conocemos de primera mano la realidad del turismo, sino que estamos implementando prácticas pioneras de sostenibilidad.
5.- El papel vital de la inversión pública en infraestructuras y servicios públicos.
El crecimiento de la actividad turística en Canarias ha ido de la mano de un aumento poblacional sin precedentes. Desde el año 2000, las islas han experimentado un incremento poblacional del 33% y se estima que, en los próximos 15 años, la población aumentará en casi un 12% adicional. Sin embargo, este desarrollo no se ha visto acompañado de una mejora proporcional en las infraestructuras públicas esenciales, como las sanitarias, viarias, de equipamiento y educativas. Esta disparidad ha generado una percepción de saturación que afecta tanto a residentes como a visitantes.
Es crucial priorizar y completar las infraestructuras realmente necesarias, como los hospitales del norte y sur, que no terminan de funcionar como verdaderos hospitales, sino como centros sociosanitarios, o la modernización de los hospitales universitarios (HUC y HUNSC), que atienden a una población de un millón de habitantes. No obstante, es justo poner en valor el alto nivel de calidad y especialización tanto de la sanidad pública como la privada, atendiendo esta última a una buena parte de los turistas que nos visitan. Esta combinación de esfuerzos entre sanidad pública y privada resulta fundamental para garantizar una atención sanitaria integral y de calidad.
Asimismo, es fundamental apostar por la movilidad colectiva frente al uso intensivo del transporte individual. El fomento de un modelo de movilidad más sostenible debe ser prioritario en el futuro del turismo en Canarias. Por ello, proponemos la mejora y ampliación de las infraestructuras de transporte, con el objetivo de que los sectores asociados al transporte puedan ofrecer opciones más limpias y respetuosas con el entorno. Las Islas Canarias, como destino turístico de excelencia, deben ser pioneras en ofrecer opciones de movilidad verde y sostenible.
Si bien el sector privado ha realizado inversiones considerables y soluciones como la del transporte compartido contribuyen a una mayor eficiencia, reduciendo la congestión y el impacto ambiental, la inversión privada no puede por sí sola sostener el desarrollo integral de las islas.
Es fundamental que el crecimiento económico y demográfico de las islas, y la generación de impuestos de la actividad turística y otros sectores relacionados (entre 2019 y 2022, la recaudación de impuestos derivados de las actividades turísticas se incrementó un 17,5%), se vea respaldado por una inversión pública proporcional en infraestructuras y servicios públicos.
6.- Un marco operativo justo.
Condenamos enérgicamente las prácticas ilegales que distorsionan el mercado turístico y perjudican tanto a la industria como a los residentes. Abogamos por un modelo turístico que implemente los controles y mecanismos de sanción necesarios para garantizar una competencia justa y transparente.
Es fundamental que todos los actores que participan de la actividad turística, sin excepción, cumplan rigurosamente con las normativas establecidas en materia de licencias, seguridad, fiscalidad y sostenibilidad. El intrusismo y las prácticas de competencia desleal dañan las actividades económicas vinculadas al turismo y al conjunto de la población. Rechazamos categóricamente cualquier forma de actividad ilegal en cualquiera de los sectores relacionados con el turismo, con especial énfasis en los alquileres vacacionales irregulares y las empresas de actividades ilegales que han proliferado en los últimos años. Asimismo, es necesario que los servicios relacionados con el transporte turístico se desarrollen de manera regulada y equilibrada.
Solo mediante la regulación adecuada y la implementación de sistemas transparentes podremos garantizar que los sectores asociados a la industria turística evolucionen de forma armónica, sin caer en la sobreoferta ni en dinámicas perjudiciales para el mercado, los consumidores y el entorno local.
En conclusión, el turismo del futuro en Canarias depende de la capacidad de todos los actores implicados para colaborar, adaptarnos y evolucionar. Solo a través de un esfuerzo conjunto y sostenido podremos asegurar que nuestras islas sigan siendo un paraíso para quienes las visitan y un hogar próspero para quienes las habitan y que seamos reconocidos, como hasta ahora, por la excelencia de nuestra actividad turística.
FIRMANTES